martes, 23 de abril de 2013

Qué es lo que no me están diciendo?

En Venezuela la política ha formado parte de nuestras vidas desde que tengo memoria. Recuerdo el verde y el blanco, y las discusiones acaloradas de quien era mejor. Recuerdo claramente las eternas cadenas de Luis Herrera, porque se me atravesaban en mi horario de comiquitas. Recuerdo también que la gente decía "soy adeco" y "soy copeyano" con un orgullo que la verdad yo no entendía porque era una niñita. Hoy en día, la política no solo forma parte de la vida de los venezolanos: es la vida de los venezolanos. Es lo único de lo que se habla, es lo único de lo que se puede hablar. Conversar de otra cosa parece... fuera de lugar e irrespetuoso. Se habla en la calle, en las casas durante el almuerzo, en las bodas, en los entierros, en los periódicos, en la televisión, en las redes sociales. 

Y vamos a ser sinceros: los acontecimientos recientes de nuestro país dan mucho de qué hablar. Nadie sabe qué está pasando en verdad, pero todos tienen una teoría. Las teorías son siempre válidas y vienen de una fuente super confiable, no admiten discusión ni argumentación, así que para cada cabeza, la única conversación existente debe ser aquella que concuerde con su teoría propia. Esto ha llevado a la ruptura de relaciones entre amigos, familias y colegas. Limpiezas implacables de la lista de teléfonos y de contactos en el Facebook, aunque estemos en el mismo bando, si no piensas igual que yo, estás botado. Hasta hace dos semanas, todos hablaban fervientemente del resultado de las elecciones. Mi opinión es, desde hace años, que el resultado de las elecciones no importa, porque si acaso lográbamos la mayoría, no teníamos nada que hacer en contra de un CNE claramente en manos del gobierno, sin respaldo de una Asamblea, o de una Corte Suprema, o de un ejército que apoyara la legalidad de los hechos. Más aún, que la trampa no solo se vería en el resultado, sino en la contienda misma, ya que no hay candidato que pueda ganarle a la cartera de PDV y a la propaganda descarada y populista de un gobierno al que nadie controla. Pero apenas asomaba algún comentario de este estilo, inmediatamente era censurada con la orden "hay que ir a votar". Siempre voté, arrecha y pataleando, solo para que no me ladillaran después. Pero una vez que me fui del país, la censura empeoró. Si antes mi derecho a opinar en contra del chavismo y de la oposición era dudoso, ahora es inexistente. Un día después de las elecciones, todos los creyentes en el sistema electoral que ayer me estaban gritando "VOTA VOTA VOTA", amanecieron nuevamente gritando fraude y dispuestos a hacerse a matar por este motivo. De alguna manera, todavía no me dan la razón, y en todas las conversaciones con mis amigos y mi familia que aún residen en Venezuela, sigo escuchando en cada conversación que yo no sé nada, que tengo que estar allá para opinar. Algunos se van un paso más allá, y mientras gritan a todo pulmón "estas elecciones son un fraude!!! nos engañaron!!!" me echan la culpa, por haberme ido, por no estar allá "luchando" por la patria, por haberme ido sin planificar perfectamente los tiempos para poderme registrar para votar a tiempo. E insisten aguerridamente que yo no entiendo lo que está pasando allá, y que mejor, calladita, no opines, y mucho menos me lleves la contraria. Tengo muchos amigos expatriados con los cuales puedo conversar. Todos compartimos la misma preocupación por nuestros seres queridos, todos tenemos un punto de vista bastante similar y pesimista de la situación (supongo que por eso es que estamos afuera), y todos coincidimos en el mismo punto: con la gente que está en Venezuela ya no se puede hablar, porque se arrechan con uno. 

Según yo, lo que está pasando en el país es lo siguiente (a grosso modo, porque esta no es una clase de economía o de política y quiero terminar de escribir algún día):

- Venezuela depende en un 99 y algo % de las exportaciones del petróleo, y en consecuencia, de su precio. La industria nacional ha ido desapareciendo, mermada por las malas políticas del gobierno, por la amenaza constante de expropiaciones, por las leyes de inamobilidad laboral, por la sinvergüenzura  de los sindicatos, por los controles de precios y de importaciones, falta de divisas para operar y reponer inventarios y repuestos, problemas en las aduanas, falta de infraestructura para mantener la logística de las operaciones, entre otras cosas. La inversión extranjera se ha retirado casi por completo, mudando operaciones a otros países menos riesgosos, y ha sido substituida por una serie de concesiones poco ventajosas para el país con fundamentos puramente políticos. Venezuela además se salió de todos los acuerdos que le permitían hacer intercambios comerciales ventajosos con sus países vecinos, como la CAN y el grupo de los tres, para unirse, después de varios años de negociación, con el MERCOSUR, grupo que no representa ningún tipo de ventaja para el país, y en el que pasa a ser un simple receptor de importaciones de economías más estables y con más capacidad de producción. Es decir: lo poco que se producía antes, ya no se produce, se importa, y los que lo hacen, lo están haciendo de vainita y a coñazos.

- Venezuela es un país altamente polarizado, en el cual ninguna de las dos partes reconoce la existencia o el derecho a la participación de los otros. El gobierno actual lleva catorce años favoreciendo a una parte de la población y olvidándose de la otra, lo cual es irónico, ya que la consigna que los lleva al poder es que se están ocupando de los que antes fueron olvidados. No hay acuerdo posible entre ambos bandos, y aquel que salte la talanquera es y será para siempre un traidor digno de los peores castigos. Y para el bando receptor, siempre será visto con desconfianza y recelo. Es decir: todo el mundo odia a todo el mundo.

- El gobierno se ha encargado en los últimos catorce años de armar a una parte de la población civil, de desbandar a las policías locales y dejarlas casi sin recursos, y a través de una serie de políticas equivocadas, de un sistema penal inexistente, de una altísima corrupción administrativa y moral de todos los funcionarios en todos los niveles, ha generado una crisis de violencia e inseguridad personal que ha llevado al país a ser uno de los destinos más peligrosos del mundo. La violencia es una espiral que se agranda a medida que avanza, y la sociedad venezolana se encuentra en un estado de anomia. Es decir: antes era peligroso estar en la calle después de las 11. Ahora es peligroso estar en la calle a cualquier hora del día.

- El gobierno actual, con o sin Chavez, imparte órdenes directas y públicas a todos los entes del estado. Es decir: Corte Suprema, Asamblea Nacional, Fuerzas Armadas, Contraloría de la República, etc., son simples extensiones del poder central. Esto deja a los ciudadanos completamente desprotegidos contra cualquier abuso. Es decir: el gobierno nos lo tiene metido y puede hacer lo que le dé la gana, como por ejemplo, que un candidato moribundo gane unas elecciones, que el mismo moribundo dictamine su sucesor como si se tratase de un rey en la edad media, que un paciente en coma sea declarado presidente, y que su sucesor lleve varios meses gobernando sin que nadie se de cuenta, y que además sea declarado presidente antes de que los votos terminen de contarse.

- A pesar de no haber un sistema represivo establecido contra la libertad de expresión, el gobierno ha censurado a los medios de comunicación a través de un sistema de amenazas y multas, logrando que estos se autocensuren en su gran mayoría. Muchos sucesos se dan a conocer gracias a las redes sociales, y en muchos casos, lo que la gente dice que está sucediendo no es reflejado en ningún canal de televisión o periódico. Sin embargo, es posible leerlo en la prensa extranjera. Se han observado algunos intentos de reprimir a personas que transmiten a través de las redes sociales, pero hasta ahora solo una persona ha ido a la cárcel por esta razón (que yo sepa). Es decir: todavía se puede hablar, pero no se sabe hasta cuando. Y en contra del gobierno, no tanto, porque si lo haces te botan del trabajo (y consideremos que el gobierno es  el principal proveedor de empleo del país gracias a sus políticas de expropiación y exterminación de la empresa privada) y te quitan los beneficios. Y si tienes vecinos chavistas, es posible que te amenacen personalmente.

- La falta de producción local, la dependencia de las importaciones, las fallas en los suministros, las políticas económicas del gobierno, la corrupción administrativa, el estricto control de cambio, entre otras cosas, han generado un círculo vicioso de escasez e inflación que ha venido empeorando con el paso de los años. Sin embargo, aún no se llega a un estado de crisis real (ej., hiperinflación) dado que el gobierno continúa recibiendo fuertes ingresos petroleros que le permiten seguir jugando con los bonos y las deudas y las esperanzas de la gente. Sin embargo, esto genera que el sueldo de la gente se haya mantenido prácticamente estático durante los últimos años, ya que los aumentos de salario no se equiparan de ninguna manera a los índices inflacionarios. Es decir: antes la plata no alcanzaba para un coño, ahora alcanza menos.

- Internet apesta.

Estoy clara que aquí faltan problemas por exponer, y los dejo afuera o no los explico en profundidad porque nadie se va a leer semejante testamento. Sin embargo, la respuesta siempre es la misma: "mejor resérvate tus opiniones porque ya no estás aquí". 

Y yo me pregunto: por qué esa suposición general de que para opinar acerca de algo hay que estar en el sitio? Es decir, que yo no podría pensar que Auschwitz no se debe repetir porque no estuve allí? O que el invierno canadiense debe ser horroroso porque no vivo en Ottawa? O que la Gran Sabana debe ser un lugar hermoso porque nunca he ido? Mejor dicho, tampoco debería opinar si no estoy en los zapatos del otro. Es decir, que si alguien tiene un problema con su pareja, yo no le podría dar mi opinión porque no vivo en su casa? Mejor aún, anulemos todas las opiniones! Como nadie está en la casona gobernando, mejor es que se calle todo el mundo porque no saben de qué están hablando! Ustedes no están en el CNE, mejor no opinen de como se hace un conteo de votos porque no están allá y simplemente NO SABEN

Por otro lado, el "mejor cállate que tú no sabes lo que está pasando", me pone a dudar. Una vez establecido que los medios de comunicación no comunican un coño, y que la mejor forma de saber lo que está pasando es de manera verbal o a través de las redes sociales, y dado que estoy metida en Facebook y en Twitter todo el día, que a diario leo la prensa venezolana, chateo o converso vía Skype y Ventrilo a diario con otros venezolanos, y que hablo con mi familia por Whatsapp todo el tiempo... qué coño está pasando en Venezuela que yo aún no sé?  Qué ha cambiado tanto en un año y medio y hace inválida mi opinión? Y más aún... Por qué coño no me lo dicen?


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