Siguiendo el último trend literario, hoy voy a hablar de Facebook.
Enfrentémoslo: estamos enviciados. Facebook pasó de ser "otra página más de amiguitos" a "Home". Es un vicio más sano que ver noticias de política, por lo menos: nunca se me han puesto coloradas las orejas porque fulanito agregó a sutanito, o porque el otro se salió de un grupo, o porque alguien me envió una aplicación ofensivamente cursi.
Sin embargo, los detractores de todo ya están sacando sus armas y apuntándolas directamente a la cabecita de la F. Las madres se reunen en los colegios con los profesores, preocupadísimas. Los filósofos despescuezan la tecnología en contundentes columnas en los periódicos. Los bloggers establecen impresionantes posturas morales al respecto. El gobierno nos amenaza con cataclismos imperiales y con la muerte debajo de una montaña enorme de publicidad. Los perdedores que no tienen ni una foto decente, ni un amigo que agregar, ni un perro que exhibir, se desgarran las vestiduras orgullosos de no ser como los demás.
Las críticas que he escuchado hasta ahora giran principalmente alrededor de la seguridad personal, lo cual encuentro tremendamente irónico. En un país donde nadie sabe cuantos muertos hay en un día, pero que todos saben que son muchísimos, en donde no existen las leyes, y por lo tanto los ciudadanos no tienen ningún tipo de protección, y en donde nuestra información personal se encuentra por 5 bolívares en un quemadito de manos de cualquier buhonero, pensar que el verdadero peligro se encuentra en esa página es absurdo. Adicionalmente, invertir energía en combatirla, en vez de atacar las políticas que nos están destruyendo como sociedad, o en defender nuestros propios derechos humanos, es una barbaridad.
He escuchado de todo: que los secuestradores tienen acceso a demasiada información personal, que los ladrones van a saber cuantos televisores hay en tu casa, que las malignas corporaciones van a venir a obligarnos a comprar miles de estupideces que no necesitamos.
La verdad es la siguiente: si usted ha sido marcado por un secuestrador, ese individuo no va a crear un perfil de Facebook y a hacerse pasar por amigo suyo y a meterse en los mismos grupos de usted para poder ver sus foticos y su dirección de correo. El ya sabe cuantos vehículos hay en su casa, cual es su horario de trabajo, a qué gimnasio va su pareja, quienes son los amiguitos de sus hijos, y cuantas veces su perro ha tratado de tragarse al gato del vecino. Sabe de cuanto dinero dispone en líquido, cuanto tiene en el exterior, y cual es su capacidad de endeudamiento (esto incluye préstamos de los amigos y familiares). También sabe cuanto tiempo requiere para que usted o su familia reunan la cantidad solicitada. Y no va a variar su target dependiendo de cuantos panitas tiene en su cuenta, ni de qué tan rumbero es. Tampoco espere recibir un test de los malandros locales ("¿Qué clase de Víctima eres? Llorón? Suplicante? Agresivo?") antes de ser despojado de su carro tres tiros de por medio.
Otro argumento que encuentro vacío es el del ataque publicitario: "Facebook te quita tu información (!?) y te pone en una base de datos (!?) que va a ser repartida entre las MegaCorporacionesDiabólicas para... hacerte comprar cosas!". Si, esa base de datos se llama Internet, y existe desde hace un montón de años. Si la publicidad lo afecta tanto que llega al punto de perder su libre albedrío, entonces realmente no me interesa su opinión: es usted un bobo. Si no quiere ver publicidad, múdese de siglo.
El tercer argumento más sonado es la invasión a la privacidad, ya que todo el mundo publica fotos e información tanto propia como ajena, que a veces no les corresponde divulgar. Facebook es una herramienta de gestión de chismes (el SAP de los chismes!!!), y realmente para eso sirve y para eso debe ser usado: para averiguarle la vida a los demás, sea con buena, regular o mala intención. Este movimiento facebooksiano, si algo ha hecho, es evidenciar la poca privacidad que existe en la actualidad. El sistema que desarrollaron es rápido, conciso y se retroalimenta. Antes los chismes se propagaban a través de llamadas telefónicas, e-mails, fotos y mensajitos, ahora, existe una herramienta adecuada para esto.
Las madres preocupadas lo que realmente temen es que los niñitos vayan a poner fotos o videos "inadecuados" en internet, y que se revele alguno que otro secretillo familiar que no debe salir nunca a la luz pública (estados previos de gordura, arrugas matutinas, una que otra peíta).
El uso y abuso de esta herramienta no se puede atribuir a nadie sino al usuario. El ejemplo de internet es perfecto para demostrarlo: ver pornografía en internet no es obligatorio (contrario a lo que muchos hombres argumentan), es opcional. En consecuencia, cuando alguien sube fotos inapropiadas de otra persona, o hace un comentario inadecuado, ese individuo es responsable de su decisión, no la página.
Finalmente, un consejo: si usted no quiere que le publiquen fotos y videos vergonzosos en internet, si usted no quiere estar de boca en boca, si usted quiere aparentar ser un ciudadano de primera, entonces séalo. No haga cosas vergonzosas en público, sea decente, ético y honesto, y probablemente no se cruzará con sorpresas desagradables. Su alternativa es no serlo, pero entonces asúmalo y no se queje porque su fachada fue descubierta.
Aprendamos del novio de Roxanita.
1 comentario:
Excelente artículo. Le doy 20 puntos.
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